Financieramente hablando, atender al consejo sobre lo importante de tener casa propia puede salir muy caro, sobre todo si la idea es comprar casa financiada mediante endeudamiento.
Robert Kiyosaki en su libro Padre rico, Padre pobre, argumenta por qué no considera al bien raíz como un activo. Pues al comprar un inmueble mediante créditos con entidades financieras, a su vez se adquiere un pasivo, y adicionalmente, si se consideran los gastos de intereses bancarios, se le suman los impuestos,.
Se le agregan los gastos de remodelaciones y los gastos fijos de la vivienda, se obtiene una cantidad de deuda bastante mayor comparada con los montos esperados por valorización y capitalización.
El siguiente ejemplo ilustra esta posición: una persona compra un apartamento de 300 millones de pesos y se endeuda por 210 millones, correspondientes al 70% que como máximo le presta un bancos. A partir de estos números, los gastos que tendrá esta persona serán*:
Si se tiene en cuenta una valorización del 5% anual, y se calcula este incremento hasta el 2036, año en el que termina de pagar la deuda. Esta persona podría vender su inmueble en 808.164.880 de pesos, lo que significa que, en lugar de recibir ganancias, tendría una pérdida de $47.039.226.
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¿Acaso el porcentaje de valorización no subirá en el transcurso de 20 años para resultar en pérdidas? Seguramente sí, pero con la sobreoferta de inmuebles y la tendencia de crecimiento del sector construcción, el incremento será mínimo.
Algunas personas creerán que comprar una casa en 300 millones y venderla en más de 800 millones de pesos es una buena inversión. Y estarán en lo correcto si encuentran la fórmula para no pagarle al banco y mantener esta vivienda. Cualquier otro inmueble que hayan dado como garantía. De lo contrario, y como le pasa a quienes solicitan un crédito a una entidad financiera, deberán pagar un monto bastante superior al que recibirán por la venta de su bien raíz.
Ahora bien, invertir en inmuebles no necesariamente es una mala estrategia ya que esto depende de cada caso, pues las cifras enunciadas pueden cambiar a favor de los interesados en comprar los bienes, así como de los objetivos que estos tengan. Comprar para arrendar, por ejemplo, ofrece un panorama más favorable y completamente distinto de la inversión, y por tanto requiere de su propio análisis.